Mision Imposible?! 3

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Misión imposible III

(Mission impossible - EEUU / 2006 - 126 min)

Dirección: J.J.Abrams

Intérpretes: Tom Cruise, Phillip Seymour Hoffman, Ving Rhames, Jonathan Rhys Meyers, Michelle Monaghan, Laurence Fishburne

El gran debut

Pasaron varias modas, se formaron parejas, nacieron hijos y salieron algunas canas desde que el genio creativo detrás de series como Felicity (1998), Alias (2001) y la galardonada con el Emmy Lost (2004) se iniciara como guionista para el showbizz hollywoodense con apenas veinticuatro años de edad. Desde luego, se trata del autor, productor y director J. J. Abrams que tras incursionar con gran éxito en la TV vuelve al medio que lo hizo conocido con películas como Una segunda oportunidad (esa en la que Harrison Ford recibe un disparo en la cabeza y debe aprender a vivir de nuevo) o Eternamente joven (con Mel Gibson sometiéndose a un experimento de criogenia y despertando cincuenta años después más boleado que Riky Maravilla en el quirófano de Transformaciones) pero en esta oportunidad debutando como cineasta gracias al impacto que le causó a Tom Cruise la primera temporada de Alias. El actor y productor, que ya había colaborado con dos grandes como Brian De Palma y John Woo en las anteriores aventuras de Misión: Imposible, no dudó en contratarlo y lo bien que hizo: el filme supera por lejos a sus predecesoras en tensión, acción y ritmo.

A once años del estreno de la entrega firmada por De Palma –realizador desparejo si los hay aunque siempre un virtuoso con la cámara-, claramente un thriller antes que un relato de acción clásico, y seis de la pergeñada por John Woo –mucho más fantasiosa y acorde al estilo visual imaginativo del creador de Contracara aunque también más tediosa que su antecesora- vuelve el súper agente Ethan Hunt (Cruise) de la mano de un profesional quizás no tan famoso pero que sabe filmar y contar una historia de un modo atrapante atornillando al espectador en la butaca desde el intrigante comienzo hasta el trepidante final. No puedo decir lo mismo de los anteriores filmes. Más allá del resultado que pueda generar en la taquilla esta M:I:3 estoy convencido de que la saga ha repuntado y el aporte del equipo de Alias es la clave del suceso.

El guión de Alex Kurtzman, Roberto Orci y el mismo Abrams ha abrevado sin ambages en la estupenda serie protagonizada por Jennifer Garner, que ya va por su quinta temporada en los Estados Unidos, en tres aspectos salientes: el diseño de los personajes (humanizados en una vertiente cotidiana impensada para lo que suelen ser las tramas de espionaje), la estructura que arranca con un “gancho” dramático del tercer acto para luego volver al comienzo con un flashback extenso que es la parte central del film (exactamente como en el episodio piloto de Alias) y la impresionante intensidad de sus secuencias de acción, notablemente coreografiadas y producidas con una opulencia material irreal para los presupuestos que maneja la tele.

En M:I:3 el agente Ethan Hunt se encuentra retirado de las peligrosas misiones que lo han transformado en una leyenda del espionaje y se dedica a entrenar a jóvenes aspirantes de la FMI (no, no es el Fondo Monetario Internacional) Hunt parece mucho más interesado en formar un hogar con su prometida Julia (la encantadora Michelle Monaghan) –la cual desconoce a qué se dedica en verdad su novio- que en volver a arriesgar su pellejo para el gobierno del Tío Sam. Pero cuando un poderoso traficante de armas llamado Owen Davian (un espectacular Philip Seymour Hoffman) secuestra a su protegida Lindsey (Keri Russell, la Felicity del programa homónimo que boicoteó sin querer su propio rating al cortar su larga cabellera: sí, los televidentes dejaron de verlo por esta estupidez) Hunt se ve forzado a armar una operación de rescate antes de que la pasen a degüello. Esta situación será el desencadenante de varias venganzas cruzadas entre estos personajes. Como sabiamente recomiendan los autores de manuales para escribir guiones al protagonista muy pronto se lo involucra personalmente, y por lo tanto emocionalmente, en una serie de eventos donde sus seres queridos están en riesgo mortal. Y como J. J. Abrams somete al espectador a una identificación absoluta con su héroe, desde la platea se sufre y se goza con un vértigo equivalente al de una montaña rusa.

No hay un solo paso en falso desde la concepción hasta la ejecución de la vibrante puesta en escena. Cada escena se vive al límite de la tolerancia en términos de adrenalina y nerviosismo. Sin ir más lejos, la secuencia del puente es un prodigio de construcción narrativa donde cada elemento confluye armoniosamente para que no quede ni una uña sana. En cuanto a Tom Cruise, se puede afirmar que el polémico defensor de la cientología ha transpirado la camiseta como pocas veces se haya visto. Un trabajo ejemplar.

Está comprobado: M:I:3 es como un capítulo de Alias pero con una estrella masculina al frente del elenco. Mi pregunta y ruego: ¿para cuándo la auténtica Alias en cine con la grandiosa Sydney Bristow pateando traseros a piacere? Pronto, por favor!!!

1 comentarios:

On 9:30 AM , Medea said...

totalmente agree contigo .. es la mejor so far de ellos te mantienen pegado a la accion...

una historia pausible donde tiene al expectador pegado de la pantalla!!

exelente para verla con alquien que te gusta a lado , tendras excusas para abrazar jaja